Comprende el arte de hablar en público para
convencer y persuadir. Convencer es lograr con razones la aceptación de una
verdad. Persuadir es dominar la voluntad, impulsándola a la realización de
algo. La calidad poética abunda en la oratoria. Porque no solo se dirige a la
inteligencia, sino también a la voluntad y a la sensibilidad, despertando
emociones y afecto, que impulsan a la acción. En este aspecto el orador tiene
que emplear todos los recursos de la fantasía y de la creación bella.
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