Antes
de empezar a trabajar las definiciones que los distintos estudiosos han
elaborado, es necesario advertir que, la gran mayoría de ellas se ajustan tan
solo al relato clásico de terror que es el que realmente nos ocupa. La
advertencia se debe a que escritores más contemporáneos como Kafka,
Borges
o Cortázar,
que, por supuesto, no se incluyen en el estudio, no se limitan a ninguna
definición válida que pueda generalizar sus trabajos. En estos autores, ni lo
fantástico se ciñe sólo al género narrativo, ni la actitud del narrador o de
los personajes constituye la clave para decidir si un texto debe ser catalogado
dentro de esa categoría.
Hecha
la aclaración, empecemos a analizar las distintas visiones que el género
fantástico ha evocado sobre sí mismo.
Muchas
son las definiciones que se han aportado para intentar apresar la esencia de lo
fantástico, y muchas también las réplicas que aquéllas han obtenido arguyendo
razones de peso que desmontan teorías expuestas pacientemente a lo largo de
muchas páginas.
Sin
duda, el estudio más importante, a pesar de sus numerosas contradicciones, es
el de Tzvetan Todorov, pero también es interesante trabajar otros autores,
aunque sea de forma más breve.
Introducción
a la literatura fantástica de Tzvetan Todorov
Todorov,
cuyo estudio sobre el tema se ha constituido en una referencia imprescindible
(a pesar de las réplicas suscitadas), y cuyas distinciones generativas siguen
en pie, estableció la más significativa definición hasta el momento. En su
estudio Introduction á la littérature fantastique, Todorov diferencia tres
categorías dentro de la ficción no-realista: lo maravilloso, lo insólito y lo
fantástico. Cada uno de estos géneros se basa en la forma de explicar los
elementos sobrenaturales que caracterizan su manera de narración.
Si
el fenómeno sobrenatural se explica racionalmente al final del relato, como en
el relato "Los asesinatos de la calle Morgue", de Poe, estamos en el
género de lo insólito. Lo que a primera vista parecía escapar a las leyes
físicas del mundo tal y como lo conocemos no es más que un engaño de los
sentidos que se resolverá según estas mismas leyes. Este es el caso de muchas
de las narraciones policíacas que Poe inició y que Agatha Christie culminó.
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