Se distinguen sustancialmente por el motivo de
inspiración que anima al artista literario, ya se exprese en verso o en prosa.
Estos son infinitos en su variedad y aspectos, pero pueden reunirse en tres
grupos de motivos básicos:


La poesía
dramática o teatro nos ofrece sustancialmente un cuadro de la vida humana,
mediante la representación de una acción que se manifiesta con todos los
caracteres de la realidad. Por su etimología procede del griego drao
obrar o ejecutar, y significa acción. Aquí se representa una acción, combinando
armónicamente la belleza de lo objetivo (mundo real) con lo subjetivo (mundo
interior del espíritu), que se realiza en la escena a la vista del público por
los actores. En la dramática, en efecto, lo épico es el elemento objetivo de la
acción y de los hechos; y lo lírico, es el elemento subjetivo de las ideas y
sentimientos de los personajes, que manifiestan el dialogo y que a su vez refleja
la propia individualidad del autor dramático. Tres caracteres fundamentales se
destacan en el género dramático: a) combinación armónica de los elementos
objetivo-subjetivos, b) representación de la acción y c) cuadro animado de la
vida individual. Su tema inagotable es la vida con todo su realismo, con la
bondad y la maldad de la eterna sustancia humana. Una obra dramática se
distribuye en exposición, nudo y desenlace; la obra se divide interiormente en
partes llamadas actos, cuadros y escenas.